Un encuentro apetecedor { Libre}

Caminaba por la plaza de San Marco, sabia que a estas horas de la noche era casi imposible que se presentaran humanos ya que me dirijia a los callejones, bueno a excepción de algún ebrio asqueroso del cual seguramente me alimentaria sin pensarlo dos veces .
E interrumpiendo mis pensamientos divisé una figura a lo lejos . Me acerqué sigilosa, no era vampiro por sus torpes movimientos. Pero si era humano.
Se dió la vuelta hacia mi cuando carraspee mi garganta
- Lamento interrumpir tu estado de alegria humano, pero deberias saber que nadie se interpone en mi camino, aun asi ni aunque no lo hayas planeado - murmuré suavemente con voz angelical mientras me acercaba más a el.
Era apuesto e iba bien vestido.
Debia ser algún niño rico y malcriado que despilfarra su plata, un modelo de publicidad seguramente a juzgar por su aspecto.
- V... veo un an.. angel - dijo entrecortado mientras me observa de arriba abajo con una sonrisa.
Está de más decir que iba completamente borracho ya que se acercó a mi extendiendo una mano pero a pasos distorsionados y brutales.
- Me presento su alteza, soy Richard MlFoy - me tendió la mano mientras el olor a alcohol me evadia. < Que repugnante >
La tomé amablemente y suspiró quejadamente mientras la besaba.
< Estúpidos humanos, se dejan caer en la tentación muy facilmente sin suponer peligro >
- Jane Volturi - murmuré mientras lo miraba fijamente con una sonrisa dulce y malevola
Estas ultimas palabras parecieron complacerle mucho más, masculló creyendo que no entenderia algo asi como 'NoDebesSerVirgenReinaPeroAunAsiGozareDeTiComoConNadie'
Alzee una ceja mientras se acercaba más, el olor de su sangre y su pulso con la sangre corriendo por sus venas me hizo captar la atención mas en el y en su cuello. Levanté la mirada a sus ojos y se movio con rapidez hacia mi pegando uno de sus brazos a mi cintura.
Quizo mascullar algo pero entonces ya era tarde, estaba agonizando en el suelo.
- Dejame dejame me largo pero sueltame por favor me incendio ayuda - gritaba con desesperacion mientras sopesaba con sus propias palabras.
Me incliné hacia el de cuclillas
- Tarde idiota - le susurré al oido y luego me lanzé a su cuello donde la sangre latia y me llama con prisa.

El viaje fue largo y arduo, al igual que la batalla que tanto yo como Anastasia libramos contra un panda de vampiros bien formados y neófitos a el sur de áfrica, casi 100000 vampiros cayeron en el campo de batalla y ninguno de esos 100000 éramos nosotros, en roma nos separamos Anastasia quería ir a ver la poca descendencia que le quedaba y yo quería volver junto a Aro lo antes posible, era con estar incompleto si no lo tenía cerca, el fue mi padre cuando el mío no me quiso nunca.

Ya andaba por la plaza de san marcos y los recuerdos de las palizas que sufrí por la maldición que sobre mi recaía, maldición que en realidad era una suposición barata de Bernabé el cura de la época, era un señor mayor que le daba a la bebida a el cual que agradezco que “me condenara”, la oscuridad de la noche reinaba y el silencio sepulcral de las calles, se veía profanado por la música de las discotecas y pubs, cuando al fin llegue a la fuente, me senté y respire hondo mire a todos los lados y los recuerdos de ese día golpearon mi cabeza.

Tras una corta pelea emocional de la cual conseguí salir gracias a la voz de Jane, mire a todos lados buscándola, hasta que di con ella, estaba jugando con un borracho asqueroso, me acerque lentamente y con sigilo, cuando conseguí estar detrás de ella, sin ser percibido, la agarre y con una llave de Judo la tire al suelo. - ¿Hola? ¿Como estas enana? – sonreí de oreja a oreja. – anda aliméntate y ahora hablamos. – dije cogiendo a la presa de Jane y tirándolo a el fondo del callejón.

Me estaba concentrando totalmente en mi presa cuando alguien de atrás luego de un par de movimientos rápidos me tiró al suelo.
Me reincoorporé velozmente mientras fulminaba con la mirada a Carles, comenzé a caminar hacia mi alimento que habia lanzado a mis lejanias mientras dandole la espalda sonreia cuando oia como agonizaba con mi don.
-No te han dicho que es de mala educacion interrumpir la cena?
Me concentré en beber mientras la sangre de el desafortunado latia con prisa y borboteaba por mis labios. Cuando sentí que estaba vacio cogí el cadaver y pasando por delante del recién llegado caminé hacia el basural.
- Que recuerdo me has traido? - murmuré haciendo referencia a su prolongado viaje.

Mientras se iba, dejo caer su don sobre mi cabeza, haciendo que el dolor ocupara mi cabeza, la ira me recorrio y comence a arder en el suelo revolviendome. - !JANE¡ - Grite agonizando, *joder si que hacia tiempo que no sentia dolor*, pense en mi cabeza tranquilizandome, ya que el dolor desaparecia, me incorpore.

-Despues de esto te as quedado sin el. - Dije sonriendo y buscando en mi bolsillo del pantalon, la oreja de aquel vampiro, que sobrevivio a la gran fumata. - Espera hay que hacer la cosas bien. - Saque las manos de los bolsillo, encendi mi cuerpo y queme los bidones de basura. - Aora alejemonos, tenemos tiempo de sobra para reencuentros. - La Cogí del brazo y comence a andar "arrastrandola".

Ya lejos de la zona del crimen, volví a meter la mano en el bolsillo y sauqe la oreja empapelada. - ¿Espero que te guste? - Dije riendo por lo bajo. - Me costo conseguirla. -Volví a reir pero a aora a carcajadas, viendo su cara.

Miré como quemaba los restos de mi comida mientras ponia los ojos en blanco ante sus bromas.
Sacudí mi brazo cuando comenzo a andar arrastrandóme, mire su brazo cuando me desice de el.
- Sabias que hubieras podido perder tu brazo no? - murmuré mientras le gruñia.
Lo ignore mientras seguia caminando delante suyo, era irritable cuando se lo proponia, ya comenzaba a parecerse al Cullen fastidioso.
Me volvi hacia el mientras me tendia un paquete del cual abri en menos de un segundo. Y vaya sorpresita.
- Estúpido - solté entre dientes mientras le tiraba la oreja a su rostro y seguia caminando.
Percibí el aroma de un humano en las cercanias de donde nos encotnrabamos, pero lo cierto era que ya habia saciado mi sed, y con una criatura a mi lado como Carles no podria alimentarme.
Giré entorno al aroma y luego sonrei volviendome hacia el.
- Aunque claro, mis regalos son mucho mejores ... - le susurré mientras tomaba su mano y reia alegremente ante su reaccion consumida por el dolor.

Jane hablaba y hablaba, rebosaba de ego, y para colmo, le doy su "regalo" y me lo tira a la cara. - Jane... toma anda. - Saque el anillito de oro que forje para ella Aro y Alec, con su iniciales, tambien hice para Anastasia, pero a ella ya se lo di, África es una tierra que pare estar hecha de estos materiales preciosos. - ¿Lo quieres? - dije mirandola y sonriendo,se habia tragado por completo, lo de la oreja.

La presencia de Aro se noto en el ambiente, mire en todas las dirrecciones en su busqueda, hoy seria como aquel dia en el cual el hijo prodigo se reencuentra con su padre, como en aquel pasaje de la biblia, al fin le vi, quise correr a su encuentro, pero en cuestion de segundo estaba junto a nosotros. - !Aro¡ - grite sin repremir la emocion del encuentro. - Señor - Rectifique - ¿ como se encuentra? - Pregunte clavando la mirada al suelo al igual que la rodilla.

Tomé con impetud el anillo con mi inicial que Carles me mostraba en su mano.Era bonito, que va, no iba a agradecerselo. ¿ Cuando lo habia echo? Rei en lo bajito mientras le guiñaba un ojo.
Observé como en cuestión de segundos Aro se acercaba hacia nosotros.
- Aro, mi señor que hace por aqui?- pregunté con confusión, no salia del castillo sin estar resguardado por alguien de la guardia.
Y seguramente Alec, Demetri o Felix se comerian un sermón de mi parte cuando volviera, ya eran reiteradas las veces en la que lo dejaban salir solo,y eso podia llegar a terminar en un gran problema si andaba por estas calles sin nadie que lo protegiese.
Bufé cuando hizo referencia al ''regalo'' que Carles me habia entregado. Estaba de broma mas que seguro, una oreja no era un regalo, y no veia porque aceptarlo.
- Ya,no quieres tirartele a abrazarle?- murmuré a Carles mientras miraba su expresion llena de entusiasmo y felicidad por el , asi por decirlo, ''reencuentro'.