Rebeldia. [Caius]

Una vez más habíamos estado en desacuerdo con Marcus, esto cada ves se volvia algo menos tolerable, sali del salón disgustado puesto que Aro insistia en tenerle ahi, como uno más de los nuestros, me dirigi a dar un corto paseo por las cales con mi capucha sobre mi cabeza, mientras caminaba senti el aroma de mi esposa.
Mi esposa? que hacia ella aqui, y más a estas horas fuera de palacio, apareci al frente de ella poyado en la pared sin mirarle y dije en voz baja, con algo de disgusto:
-Como va el paseo Athenodora? -le mire y luego mire mis manos, era algo indeseable tener que salir a por ella, me quite la capucha para dejar ver mi palido rostro y mi cabellera casi blanca, le mire a sus ojos, expresaban la misma ira que los mios, aún en mi lugar esperaba su respuesta.
-Aún espero mi querida esposa.

Le mire alzando una ceja por o que decia, no podia creer que aún estubiera de esa forma, despues de lo ocurrido en esa reunión, bueno, ella habia apoyado a Marcus, y yo tomar un aire! le tome de su brazo con fuerza cuando paso por mi lado y dije acercandole a mi:
-Seguro que veras a Marcus y le apoyaras en todas sus opiniones, eres muy gentil ultimamente con él... -dije con tono frio-
-Y no te preocupes por lo que me pase, que nada me pasara... para tu desgracia -dije sonriendole y le solte su brazo y di la vuelta para regresae al castillo, mejor no hubiera salido de ahi, sin duda no sólo Aro estaba mal, ahora faltaba que mi esposa actuase de mal forma...-
-Procurare que Didyme no salga del castillo.... -sonrei con dificultad-

Le mire serio y deteniendome en seco, me acerque a ella y le tome nuevamente por su brazo, esto ya no me agradaba para nada, le mire serio y me acerque a ella con brusquedad, esto era desastroso...
Le mire a sus ojos y dije en un susurro pero comprensible:
-Pues a ti no se te dan bien las argumentaciones -dije acercandome mas a ella... era algo que me tenia de mal humor desde que habia apoyado a Marcus-
-Sin duda, no haremos nada con los Cullen, mi querida esposa -le deje su brazo y le mire a sus ojos otra vez-
-Puedes continaur si gustas.... -me di nuevamente la vuelta y ya decidido a irme-

Me detuve un momento a ver si regresaba, pero como lo supuse, no lo hizo, camine en direccion contraria muy disgustado, queria llegar lo más rapido al castillo, en mi regreso decidi hacer una pequeña detencion en un pequeño parque donde me sente en una banca para tomar un poco de aire, no queria que mis hermanos me vieran de esta forma...
Miraba el cielo de forma petrificada, sin sentido alguno, de hecho no le miraba, solo tenia mi vista fija en el, pero no era más que para hacer pensar que veía algo, sólo podía pensar en todos mis problemas, a los cuales se le sumaba ahora mi esposa.
Que mas faltaba, no lo sabia.

Le senti por su aroma, aquel que me hacia salir de mis profundos pensamientos, cuando le vi junto a mi lado, le dedique una sonrisa y levantandome le tome su mano, hubiera deseado en estos momentos poseer algun don, del cual me pudiese asegurar de su respuesta y afirmacion, pero confiaba mas en ella que en cualquier don existente, me acerque a ella y acariciando su mano dije en voz baja:
-Porque te vas tan pronto Athenodora, quedate un momento junto a mi, no es tan molesto creeme -dije mirando la banca y espere que se sentara y le acompañe a su lado, deje mi mano junto a la suya sobre mi pierna, la cariciaba tiernamente-
-Sabes que no dudo de ti, pero si muchas veces de las opiniones de Marcus, Aro le confiere mucho credito por ese don y no ve la realidad como cuando nos toca, solo espero que no cometa un error, ahora con el regreso de Didyme todo puede estropear -lo dije sin mirarle, sabia que a veces era algo desagradble decirle eso, pero queria que estubiera al tanto de todo.

Le quede mirando sin comprender el cuando se fue, me levante de mi lugar y sin prisa alguna le segui, cuando llegara al castillo hablariamos mejor, esto no me agradaba en lo absoluto.
El camino fue más largo de lo que pude imaginarme, tanto que me demore más de lo que un humano desagradable se hubiese tardado, cuando llegue por fin, me encontre con Heidi a la cual le pedi que me dijese si habia visto a mi esposa, me indico que paso con cierto disgusto y que no le vio más... de seguro estaria en nuestra habitación.
Me dirigi a esta y sin duda estaba ahi... entre y espere a que me dijese algo... algo, era poco, me debia una gran explicasión...